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Algunos de los instrumentos empleados en las diversas actividades productivas desarrolladas por los antiguos canarios fueron elaborados con piedra, ante la ausencia de minerales metalíferos en las islas. Las rocas volcánicas de grano grueso (traquibasaltos, basaltos cavernosos, fonolitas, etc.) y los vidrios volcánicos (obsidiana) que se exhiben en una de las vitrinas ilustran las principales materias primas de las que se valieron los antiguos canarios a la hora de confeccionar estos utensilios. La abundancia y amplia distribución de las primeras en la isla permitirían su captación en las inmediaciones de los enclaves arqueológicos donde iban a ser empleadas. Una situación diferente se da en el caso de la obsidiana, cuyos afloramientos se encuentran restringidos a puntos geográficos concretos, incorporándose los vidrios volcánicos obtenidos de estos enclaves a una red de distribución de alcance insular.
Lascas, rasponas, hachas, picos, etc. se exponen en la sala como muestra de la importancia que la industria lítica tuvo en la realización de múltiples actividades de la vida cotidiana: la carnicería, la alfarería, el trabajo de la piel, de la madera, la excavación de cuevas, etc. Se exhiben también en esta sala molinos y morteros, empleados principalmente en la preparación de los cereales para su consumo en forma de harina. Las muelas que configuraban los molinos circulares de toba se elaboraban a partir de bloques extraídos de canteras localizadas en diferentes puntos de la isla. Como sucedería con los sistemas de extracción de la obsidiana, las labores de cantería exigirían unos particulares conocimientos técnicos que aseguraran el éxito de la producción, por lo que es probable que estos trabajos fueran desempeñados por individuos o grupos de especialistas.