El programa de investigación centrado en las momias de los antiguos canarios, emprendido por El Museo Canario, ha venido proporcionando abundante información relacionada con las formas de vida de este grupo humano: dieta, salud, mecanismos de construcción de identidades, preparación del cadáver…
Una de las más recientes aportaciones ha sido la identificación del uso de elementos vegetales formando parte de la mortaja que envuelve a dos individuos. Concretamente se trata de las momias registrada con los números 10 y 49991. En el primer caso corresponde a una persona adulta, parcialmente conservada, que fue envuelta en lienzos de piel animal y en menor medida de junco. Procede del barranco de Guayadeque y está datada entre el final del siglo VI y el VII d. C. En el interior de la mortaja se incluyeron ramas dispuestas paralelamente al cadáver. La momia 49991, recuperada en una cueva funeraria de Acusa (Artenara), corresponde a un infantil de en torno a un año de edad, con una fecha radiocarbónica que lo sitúa entre los siglos VII y VIII d. C. La mortaja está enteramente conformada por elementos vegetales no tejidos, atados mediante el uso de tallos de junco.
Para la identificación de las especies vegetales empleadas ha sido necesario contar con la colaboración de especialistas adscritos al Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo. El estudio de los caracteres morfológicos ha permitido identificar el uso de diferentes plantas, como tomillo, lavanda o acículas de pino. En este proceso de identificación se detectó, además, una especie de ruda hasta el momento desconocida, potencialmente extinta de Gran Canaria y que ha sido bautizada con el nombre de Ruta museocanariensis.
El uso funerario de ciertas plantas no debió de ser infrecuente, pues ha sido evidenciado en algunas excavaciones arqueológicas y estudios de espacios y registros funerarios. De todo ello se deduce que la preparación del cadáver fue un proceso complejo en el que, en diversos casos, se incluiría el empleo de plantas con diferentes propósitos (dar consistencia al fardo, usos profilácticos, aromáticos u otros). Esta práctica se extendería no solo a parte de la población adulta sino también de la infantil. Todo ello pone además de manifiesto el profundo conocimiento que estas gentes tuvieron de las plantas silvestres del medio que habitaron: de sus propiedades, distribución, ciclos…
La conservación hasta nuestros días de este material vegetal aprovechado por la población prehispánica es una evidencia más de las excelentes condiciones ambientales de algunas cuevas, que han permitido la preservación, mediante procesos de desecación, de la materia orgánica.
Se abre ahora un nuevo reto para la investigación botánica, pues los análisis moleculares que se emprendan de esta nueva especie permitirán profundizar en los procesos de colonización vegetal y evolución del grupo de plantas del género Ruta en el archipiélago canario.
Los resultados de este trabajo han sido publicados en el número 53 de la revista Willdenowia, en el artículo «Can material of a putatively extinct new species of Ruta (Rutaceae), preserved with mummies, provide new knowledge about evolution in the Canary Islands flora?», al que puede accederse a través del siguiente enlace: https://doi.org/10.3372/wi.53.53101.